lunes, 21 de noviembre de 2011

La semiología -la ciencia de los signos-



Imagen tomada de Oni Educa

Existen diferentes sistemas de comunicaciones o de signos: Lenguas, códigos, señalizaciones, alfabeto silente, ritos simbólicos, ceremonias, manifestaciones artísticas, fórmulas de cortesía, señales militares...La semiología -del griego semeion: signo- forma parte de la psicología social, y es la ciencia que estudia los sistemas de signos, las leyes que los gobiernan y especialmente su función social consistente en comunicar ideas por medio de mensajes.
El lenguaje, siendo un sistema de signos que expresa ideas, no se incluye en la semiología porque se le reconoce un estatus privilegiado y autónomo. La lengua el más importante de todos los sistemas de signos y por ello es objeto de estudio de una ciencia especial: la lingüística.
Para que el signo pueda realizar su función social de comunicar ideas, se requiere un código, un medio, un emisor y un destinatario.
Jakobson identificó seis funciones lingüísticas que son aplicables a todos los sistemas de signos:
La función referencial (cognoscitiva y objetiva) es la base de toda comunicación y define la relación que existe entre el mensaje y el objeto al que hace referencia.
La función emotiva (afectiva y subjetiva) define las relaciones entre el mensaje y las actitudes del emisor con respecto al mensaje.
La función connotativa o conminativa define las relaciones entre el mensaje y la reacción cognoscitiva o afectiva del receptor.
La función poética o estética, que es la relación del mensaje consigo mismo, su parte artística.
La función fática, que afirma, mantiene o detiene la comunicación.
La función metalingüística que tiene el objetivo de definir el sentido –y el código del que se extrae- de los signos no lingüísticos, que por su propia naturaleza corren el riesgo de no ser comprendidos adecuadamente por el receptor. El signo es convencional, relativamente arbitrario. Es esta función metalingüística la que determina la elección del medio por el que se transmite el signo, porque el medio señala también la naturaleza del código para interpretar el mensaje.
Todas las funciones son concurrentes y se mezclan e integran porque no tienen fronteras definidas. Las dos primeras, referencial y emotiva, son las principales, porque constituyen los dos grandes nodos de la semiótica que se complementan, son inversamente proporcionales, y se oponen como antítesis una de la otra, y reflejan los dos polos de la experiencia humana: comprender y sentir, el intelecto y el alma.
La emoción –según Guiraud- es una incapacidad de comprender, una conmoción de los sentidos, porque el dolor, el amor, la sorpresa, y el miedo, por ejemplo, inhiben a la inteligencia. La comprensión se ejerce sobre el objeto, y la emoción sobre el sujeto.
Para profundizar en el tema, puede leerse La Semiología, de Pierre Guiraud, de donde se han tomado estas ideas.

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